¿Juventud vs. valores?

jc3b3venes-universidad-cubaPor  Lic. Yoannia Pulgarón Garzón

El debate en Cuba sobre la crisis de valores y sus diferentes formas de expresión, ha logrado trascender las fronteras de la academia para convertirse en debate público. Resultan cotidianos los acercamientos a tópicos relacionados con el tema en escenarios tan comunes para los cubanos como las paradas de ómnibus, los centros laborales, las escuelas, los medios de comunicación. Y es que sobre los valores, todos nos creemos en el derecho de opinar, y en ocasiones apelar a las comparaciones con épocas y etapas anteriores.

La batalla ideológica que lleva el país contra las indisciplinas sociales, ha incentivado estos debates, y la mirada hacia las nuevas generaciones, también se generaliza. Para muchos estudiosos del tema y otros no tan avezados, pero también dispuestos a polemizar; en las etapas más recientes se han logrado visualizar comportamientos, sobre todo en el sector juvenil, que muestran un debilitamiento de aquellos valores oficiales o socialmente instituidos como reguladores del modelo socialista cubano. Por su parte, se han posicionado otros, o los ya existentes han adoptado nuevos significados, a partir de la visualización de nuevas necesidades y expectativas que guardan más relación con prácticas individualistas. Las que tienen su base en la influencia directa de los modelos socializadores y reguladores de las sociedades de consumo y como resultado de la globalización neoliberal. Además de errores cometidos en los procesos socializadores institucionalizados.

Algunos de estos errores se resumen en haber sido asumida la escuela, como la única responsable de formar en valores, relegando el papel fundamental que juega la familia en este proceso. Desde estas concepciones se han articulado estrategias y modelos educacionales en los que la participación de los individuos ha quedado disminuida a una recepción pasiva, sin una motivación hacia la crítica. Ello vinculado con la errónea idea de inculcar valores y no formarlos de manera consciente, sistematizada y complementada. El no comprender la necesaria participación de niños y jóvenes de manera activa en todos los momentos, ha condicionado cierta pasividad en los jóvenes ante los problemas individuales y sociales; así como sus soluciones. Esta pasividad es visualizada en varios momentos de la vida social y de la propia vida cotidiana de los individuos, expresada a través de conductas que denotan falta de implicación, de compromiso ante las convocatorias a la acción hechas desde la sociedad.

No es saludable asumir o pensar que la situación que atravesamos en relación a esta temática, precisa de depositar culpas. Con ello no se darán soluciones a tal cuestión. Hay que apelar al uso de la crítica, aunque salgan a la luz equivocaciones y debilidades en procedimientos, anteriormente visualizados como fortalezas. Hay que recurrir al análisis de los procesos que antecedieron la situación que se vive hoy para explicar las realidades del presente y las del futuro.

No deben obviarse las deficiencias y errores que propiciaron, o al menos sentaron las bases para el surgimiento de estas actitudes y prácticas en una porción de nuestra sociedad, porque en gran medida son su resultado. Es válido el reconocimiento de que no es toda la sociedad ni son todos los jóvenes quienes potencian estas prácticas y afectan las conquistas sociales. Hay una mayoría que se impone a esta realidad y desde sus identidades crean, trabajan, luchan, aportan y defienden los ideales de La Revolución.

Un comentario sobre “¿Juventud vs. valores?

  1. Creo que los valores ha sido una temática muy compleja y abordada desde diferentes percepciones que le otorgan cierta complejidad. Lo que si considero esencial para su análisis el proceso de formación que deviene fundamentalmente de la familia y liego la sociedad. No considero que haya una crisis de valores, sino que se han asumido otros que no se corresponden con nuestra ideosincrasia.

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