Libertad para los 5 cubanos YA

Por: Ana Isabel Peñate Leiva

Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras, sentenció el más universal de los cubanos en el siglo XIX. La máxima martiana fue el sustento del joven revolucionario que dirigió en 1953 el asalto al cuartel Moncada, y que de acusado devino en acusador con su histórico alegato La Historia me Absolverá. La vigencia de la frase continúa en la travesía de este pueblo por el siglo XXI.

Cinco cubanos dignos, honestos, solidarios, revolucionarios, martianos y fidelistas decidieron, por ideas, principios y convicciones, defender la Patria, esa que es ara y no pedestal, del odio desenfrenado de las continuas administraciones norteamericanas que no perdonan el triunfo de la Revolución Socialista en la isla rebelde, a solo 90 millas del poderoso imperio.

Para Cuba, que en sus 55 años de Revolución ha tenido que enfrentar el más cruel y criminal bloqueo, continuos actos terroristas contra objetivos económicos y sociales, sabotajes contra aviones en pleno vuelo, asesinatos a campesinos, pescadores, diplomáticos, intentos fallidos contra la vida del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, la lucha contra el terrorismo es prioridad, aunque Washington se empeñe en desvirtuar esa verdad. Y en esa lucha se enfrascaron René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y Gerardo Hernández. Lucharon desde las entrañas del monstruo, no solo por Cuba y su gente, sino también por la seguridad del pueblo norteamericano, y por increíble que parezca, fueron detenidos, encarcelados y juzgados hace 15 años, acusados de “poner en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos”.

¡Si por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a nuestros dos países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea! ¡Llevaré el uniforme de recluso con el mismo orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias! (Alegato de Ramón Labañino, en la vista de sentencia celebrada el 13 de diciembre de 2001).

Hace 15 años cinco familias cubanas están alejadas de uno de sus miembros. Madres, padres, esposas, hijos y hermanos intentan la libertad de sus seres queridos, acompañados por un pueblo que reclama el retorno a la Patria de sus valerosos hijos. En este largo tiempo dolorosos sucesos han acontecido en la vida afectiva de estos hombres, pero las ideas, los principios y las convicciones continúan inquebrantables.

Estados Unidos tiene el enorme privilegio que su silla presidencial por vez primera sea ocupada por un afrodescendiente y Premio Nobel de la Paz pero ello, necesariamente, entraña un compromiso moral e incondicional con las causas justas y la verdad. Barack Obama puede hoy, con solo estampar su firma, conceder la libertad a nuestros compatriotas; tiene la posibilidad de utilizar el poder a favor de la honestidad, de la entrega, de la ética o por el contrario, continuar manchando la historia de la nación norteamericana.

Nosotros, por nuestra parte, continuaremos luchando sin descanso por el regreso de Ramón, Antonio, Fernando y Gerardo. La lucha puede ser más fuerte y con mejores resultados si a ella se unen todas las personas de bien de cualquier lugar del mundo.

¡Libertad para los nuestros quienes, definitivamente, son de todos los humanos amantes de la paz y la justicia social!