Aspiraciones de los jóvenes v/s posibilidades reales

Jóvenes cubanos. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Por: Lisette Abadie Fiandor

La juventud constituye un período clave en el desarrollo de la proyección futura de todos los individuos. Los jóvenes ocupan una nueva posición social que les demanda mayor independencia psicológica y económica, además de impulsarlos a determinar su futuro lugar en la sociedad.

Las aspiraciones juveniles de manera general se conforman de acuerdo a las características del contexto sociohistórico donde se desenvuelven estos. Las condiciones de vida, la historia del territorio donde conviven, las demandas y posibilidades de la época constituyen factores que influyen en este proceso. Las peculiaridades de cada joven, le confieren singularidad a esta construcción y marcan las diferencias del grupo poblacional. No podemos obviar que la juventud también presenta semejanzas, basadas en las regularidades comunes que la caracterizan.

A partir de un estudio nacional realizado por investigadores del Centro de Estudios Sobre la Juventud (CESJ), se constató que un número elevado de jóvenes de diferentes regiones, aspiran a superarse para ampliar los conocimientos y aumentar su preparación para la vida. Por esta razón, para algunos no constituye un plan inmediato tener hijos, mientras para otros, es una meta de primer orden alcanzar mayor estabilidad y prosperidad laboral. En este sentido, los jóvenes anhelan un empleo acorde con sus gustos y motivaciones, que satisfaga sus necesidades materiales y donde puedan establecer relaciones interpersonales positivas.

Los cambios económicos y sociales que se realizan en el país, han impactado en el proceso de continuidad de estudios y de otorgamiento de plazas para la juventud. Esta plataforma social ha provocado, entre otras repercusiones, que el ingreso a la Educación Superior sea más complejo. En el período comprendido entre los años 2008 y 2011, se priorizó en el plan de plazas a las carreras técnicas y agropecuarias. De igual forma se implementó la reducción de las sedes universitarias municipales. El número elevado de adolescentes que se presentan cada año a las pruebas de ingreso y las frustraciones que experimentan cuando no logran obtener los resultados esperados y necesarios para acceder a la Universidad, refleja que aún permanece en las subjetividades juveniles, la aspiración de ser profesionales.

En armonía con este proceso, la Enseñanza Técnico Profesional (ETP), adquiere mayor importancia y es priorizada en el plan de plazas con una elevada variedad de opciones. Según la Resolución Ministerial No. 81de la Gaceta Oficial No. 036, se determina una nueva estructura de especialidades en este nivel de enseñanza. También se modifican los nuevos planes de estudio para formarse como bachilleres técnicos en las diferentes especialidades. Se encuentra como prioridad la matrícula en las profesiones de Economía, Producción Agropecuaria, Construcción, Transporte, entre otras. La formación de obreros calificados no queda exenta de estas modificaciones. Se aprobaron otros planes de estudio incorporados a nuevos y numerosos perfiles que van desde la Soldadura, la Albañilería, la Belleza, hasta lo Agropecuario.

A partir de las contradicciones que pudieran surgir entre motivaciones, aspiraciones personales, y necesidades y demandas sociales, se hace imprescindible que la población juvenil se encuentre más preparada para asumir los retos que le impone la nueva realidad. Se trata de trazarse metas en función de sus capacidades, debilidades y potencialidades para que estas sean posibles de lograr, y disminuya la posibilidad de que los jóvenes experimenten frustración. También, deben tener en cuenta las demandas, características de la región y del país donde viven.

A partir de toda la información anterior, a los jóvenes les corresponde trazarse estrategias factibles de lograr, con plazos de tiempo y obstáculos previstos, así como implicarse activamente en este proceso. Finalmente deben hacer de sus aspiraciones proyectos de vida donde estén incorporadas las diferentes áreas de desarrollo personal.

A nosotros los jóvenes, la generación arquitecta del futuro cubano, nos han encargado la responsabilidad de contribuir al desarrollo del país en las nuevas condiciones. De nosotros depende que nuestras necesidades se ajusten a las demandas del contexto socioeconómico que vivimos, y a su vez, que logremos incorporarlas a nuestra vida cotidiana.

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